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¿Quién paga el precio de la inflación?

Por Alejandro Murciano Brea


Con una inflación desbocada como la que llevamos padeciendo en este 2022, una pregunta natural es quien la está sufriendo realmente. Si los salarios están subiendo en la misma proporción, provocando una espiral inflacionaria, o si por contra las empresas han podido trasladar esas subidas de precios a sus productos y a sus márgenes.

Para poder indagar en esta cuestión, me he propuesto comparar los beneficios de las grandes empresas cotizadas de nuestro país (las del IBEX 35), con la evolución de los sueldos de los trabajadores españoles. Empezando por estos últimos, recurrimos a datos del INE a cierre del tercer trimestre de este ejercicio. En ellos encontramos, según el Índice de Coste laboral armonizado que elabora el Instituto, que el coste laboral por hora trabajada ha crecido en un 3,5% respecto al mismo trimestre de 2021. No olvidemos que en ese mismo mes el IPC se situó en un 8,9%. Esto no sabemos si evita una espiral inflacionaria, pero desde luego supone una pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores.

En el otro lado de la moneda -no olvidemos que la rentra nacional se reparte entre salarios y beneficios empresariales- las empresas del IBEX parecen haber tenido más suerte. Estas compañías suelen reportar resultados a la CNMV al cierre de cada trimestre (con alguna excepción), por lo que los últimos datos que disponemos son también de septiembre. En ellos, se recoge que los ingresos de los gigantes de nuestro país han aumentado más de un 32%, por lo que parece poco creíble que la exigua subida salarial haya presionado sus márgenes.

Si miramos al beneficio neto, el análisis queda perturbado por la ausencia de beneficios extraordinarios que Caixabank y Telefónica no han declarado este año y si el anterior. Sin embargo, compañías como Repsol, Acerinox o ACS (de distintos sectores) han aumentado más de 50% sus ganancias después de impuestos. Y bien es cierto que estas empresas no son necesariamente representativas del tejido empresarial español, pero la comparación es cuánto menos llamativa.

Con estos datos queda espacio para un planteamiento: qué ocurriría si las empresas cotizadas tuvieran que subir el salario de sus empleados en, al menos, el porcentaje en el que crecen sus resultados netos. Al menos teóricamente, habría espacio para que tantos sus accionistas como sus trabajadores se beneficiaran, dado que el coste laboral es tan solo una de las variables que marcan las ganancias de una empresas. Confiemos en que los directivos del IBEX 35 también valoren propuestas como estas.

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